¡Llegó el calor!
Llegamos a Senegal con ganas de dejar atrás el desierto. El paisaje aunque admirable y a la vez inhóspito desde hacía algún tiempo se había convertido en monótono. El panorama se nos ofrecía sin vegetación y que estaba expuestos al viento que parecía soplar más fuerte en este paisaje sin sombras, y aunque algunos baobabs que empezamos a ver a las orillas de la carretera, eran insuficientes para protegernos.. … Acabábamos de entrar desde Mauritania, cruzando el río Senegal por…