Dos polos opuestos. Mundos antagónicos

Dos polos opuestos. Mundos antagónicos

Ya iba siendo hora.

Casi un año después de entrar en el subcontinente indio y después de cruzar el Himalaya desde el Tíbet y de haber recorrido Nepal, Bangladesh, la India de este a oeste y al final Pakistán, mi cuerpo venía pidiéndome grandes cambios.

Podríamos haber abandonado el subcontinente por el histórico paso de Khyber, que une Pakistán con Afganistán. Uno de los puntos estratégicos más importantes del mundo, el famoso paso que ha visto pasar grandes ejércitos, como el de Alejandro Magno o los del gran imperio británico, y que hoy es el paso de abastecimiento para los ejércitos de la coalición en Afganistán.

Aunque menos conocido e importante, por el norte, el  paso de Khunjerab no une tan solo dos países, sino dos mundos completamente diferentes. China un país ateo con Pakistán un país donde el pilar fundamental de la sociedad es la religión.

China, ocupó en 1958 el Turkestán oriental, hoy llamado Xinjiang, se encuentra al otro lado del Karakorum.

Pero no han sido solo los drásticos los cambios políticos los que percibimos, sino también los geográficos y demográficos.

A un lado de la frontera paisaje alpino …

…y al otro, de altiplano…

Fueron  unos pocos metros de distancia los que nos separaron de  la amabilidad que habíamos disfrutado y de la hostilidad que empezábamos a percibir. Los pakistaníes, amables y de aspecto informal  casi nos  abrazaban para despedirnos lo que contrastaba con la bienvenida que nos dieron en el país chino, donde fuimos recibidos por  jóvenes soldados chinos -no uigures- , todavía con visible acné en la cara y dando órdenes a gritos -en mandarín- los procedimientos muy estrictos que tuvímos que seguir, primero en un control militar y más tarde en inmigración.

Este tramo está prohibido hacerlo en bicicleta y nos obligaron a subir en un autobús desde su límite con Pakistán, siguiendo el riguroso control del régimen chino sobre sus fronteras, alimentado por su paranoia de extrema seguridad y control.

Cuando crucé desde Vietnam a China el control fue ya exhaustivo, y viniendo de Pakistán este control prometía ser todavía más. Y no me equivoqué.

Milímetro a milímetro casi desmontan el autobús, nos miraron cada partícula de las alforjas y bicicleta, y nos mostraron su autoridad para dejarnos bien claro quien mandaba, aunque el que parecía que mandaba todavía no  se le veían indicios de que le hubiera salido el más mínimo vello en ninguna parte de su cuerpo.

¡Bienvenidos al estado policial chino!

Y a pesar de esto, el contraste fue incluso mas geográfico que político.

Las frías e inhóspitas tierras altas del altiplano son hogar tan solo para animales capaces de sobrevivir las condiciones mas extremas…

A lo largo de las impecables  carreteras (si no está en obras, por supuesto) se abrían extensiones enormes. Ya no eran valles cerrados como en Pakistán…

…ahora eran espacios abiertos …

…inmensos…

…donde las montañas se podían ver desde sus pies hasta sus cimas.

Volver a China no despertaba ningún interés, aunque esta vez fuera a la famosa ciudad de Kashgar, ya que en China si has visto una ciudad has visto todas. La revolución cultural de Mao Zedong se encargó de borrar todas las señas de identidad, y hoy en día, son solo edificios modernos de acero, hormigón y cristal los que sustituyen a los que no hace mucho fueron los edificios de una ciudad milenaria, una herencia de la humanidad.

Muy triste, pero en China solo vale lo rentable y lo que más dinero da. Y aquí hay petróleo y gas y a la población autóctona, los uigures, los están desplazando o diluyéndolos en medio de una población cada vez más numerosa de etnia ‘han’, mayoritaria en China, y que el poder promueve para engullir, contrarrestar y aislar a los uigures y neutralizarlos sin que opongan resistencia como ya ocurrió en el verano del 2009.

La diáspora uigur se refugia en los países fronterizos y los intentos de Pekín son grandes para que los países que los acogen  controlen sus actividades. Aquí también ha llegado la lucha contra el terrorismo, el extremismo y el separatismo, así es como Pekín se refiere  al activismo uigur.

 

 

 

 

8 thoughts on “Dos polos opuestos. Mundos antagónicos

  1. ánimo Javier! y no pierdas de vista el detalle. La inmensidad de esos paisajes debe de ser agotadora!
    Un beso muy fuerte

  2. no voy a poner nada contra China, que ya se que me borran los mensajes; tan sólo daros ánimo, y bajad de una vez pal Sur, que se está mejor, coño!

  3. Jolín con los chinos!!Bonitas fotos pero no hay ni un arbolito donde ponerse a la sombra.

  4. Brutales los paisajes Kabiki… te tenía abandonado pero la vida occidental a veces no deja mucho tiempo para disfrtar de tu blog… Un besazo grande y sigue adelante!!

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