Un día en el circo
En el camino veo una carpa que tiene toda la pinta de ser un circo. Son sólo las 11 de la mañana y aun así decido parar para ver. Un circo en Bangladesh tiene el potencial de ser interesante.
Apoyo la bicicleta en una valla y entro en el recinto que está en la explanada de un colegio.
En el recinto hay varias carpas más pequeñas y una noria de madera propulsada a mano…
No tardo mucho en encontrarme rodeado de gente.
Un hombre se me acerca y me pregunta si puede grabarme. Le da la cámara a un amigo y entonces empieza a hacerme preguntas.
Un chico dice trabajar en el circo y me invita a pasar aunque la primera funcion no empiece hasta las 5 de la tarde.
Me lleva detrás de la carpa donde han montado varias barracas hechas con chapas de metal. Es donde viven los feriantes.
Apoyada sobre una chapa hay una bicicleta con ruedas pero sin cubiertas.
Me lleva donde los animales. Hay unas cabras, un burro, un oso encerrado en una jaula de un metro cuadrado y dos hermosos elefantes.
Aunque todavía quedan muchas horas para que comience el espectáculo, cualquier excusa es buena para no volver a coger la bici en lo que queda de día, así que busco un lugar donde montar la tienda, y el colegio del recinto parece lo más apropiado.
Sin muchos problemas, en el pueblo encontramos al director, que me dice lo feliz que está de tenerme como invitado.
Me abren una clase, separando algunos pupitres y apoyando la bicicleta en la misma pared que una pizarra con ejercicios de ecuaciones matematicas escritas con tiza, monto mi tienda de campaña…
Poco a poco los dias huelen mas y más a verano y al abrir la ventana noto entrar una ráfaga de aire que me refresca y tan solo me recuerda a una calurosa tarde de verano en Madrid. Todavía el clima es seco y no ha empezado el calor insoportable que precede el monzón.
Y me echo una siesta.
Una hora más tarde el mismo hombre que me había abierto la clase llama a la puerta. Me ha traído comida.
Me siento en la mesa del profesor, saca un plato de una bolsa y no me deja ni servir agua en el vaso. Soy su invitado.
Se llama Ali y es el encargado de seguridad del circo. Al terminar de comer nos dirigimos al circo que dentro de poco comienza la primera función.
Sin haber aun mucha gente en el recinto, mi anfitrión se empeña en hacerme pasar entre la poca gente que hace cola.
Entramos al circo, y todavía esta medio vacio.
Una mujer sin mucho entusiasmo canta sobre la arena, saliendo ruido y no música por unos distorsionados altavoces. La gente no ha empezado todavía a divertirse…
Al fondo de la arena, una lona cayéndose a cachos lleva escrito el nombre del circo: Olimpic Circus, Dhaka,Bangladesh.
Salen dos enanos para animar a la audiencia mientras una niña de 7 años empieza a trepar por una precaria cuerda. Se cuelga de unas cuerdas a unos de 10 metros de altura y bajo ella, un grupo de personas sujetan una lona esperando a que la pequeña salte. Entonces salta.
Tras ese número, un hombre se bebe más de 2 litros de agua y se traga varios peces pequeños.
Poco a poco, empieza a sacar los peces,uno por uno, junto con un poco de agua e introduciéndolos en una jarra, siempre acompañado por un distorsionado ruido saliendo de los altavoces.
El siguiente número sale un hombre con muletas. Tiene una pierna paralizada que mueve con el brazo como si fuera de plastilina.
Entonces escucho el ruido de una moto y se que viene el famoso espectáculo de la moto girando dentro de una bola de hierro.
Luego, el mismo hombre de los peces y el agua se tumba boca arriba en una mesa. Sobre sus piernas levantadas ponen un barril que lentamente empieza a girar con sus pies. La gente aplaude pero no ha hecho más que empezar.
La pequeña acróbata sale de dentro barril y después de ella otra chica más…
Finalmente es cuando entran los animales. La cabra haciendo equilibrismo, al oso no lo han sacado ni en la jaula y los dos elefantes le dan patadas a un balón…
Al acabar la función , me invitan a pasar detrás. Me saludan y me dan las gracias por haberles visitado.
Las pequeñas malabaristas me piden que les haga una foto. Muy felices al verse en la cámara me dan las gracias.
Las pregunto si van al colegio y me dicen que no.
Hablo con el hombre de las muletas que me invita a su caseta. Me explica que ahora sufre un dolor intenso en la cadera de repetir tantas veces su número. Me pide que le haga una foto y se cuelga la pierna al hombro.
Todos me invitan a volver otro día, pero ya se que con la bicicleta casi siempre los caminos son de ida y no de vuelta.
Antes de irme a dormir me llevaron a los títeres, la tombola, donde el premio no podía ser otra cosa que un rickshaw…
…pero si ya no entran más!!!…
La gente en Bangladesh es sencilla e increiblemente hospitalaria. En todo momento buscan ayudarte y te hacen sentir siempre bienvenido.
Mi anfitrión me acompaña a mi clase. Después de un día duro y en el que he sido el centro de atención, caigo redondo sobre mi esterilla.
Con la luz de la mañana me despierto. Empiezo a desmontar la tienda cuando noto que alguien intenta abrir la puerta.
Me acerco a abrir, y me encuentro con el profesor que viene a dar clase y decenas de alumnos tras él.
Está sorprendido, lo mismo que la veintena de alumnos que le acompañan.
Por su expresión y la de sus alumnos me imagino que el director no les ha dicho nada.
9 thoughts on “Un día en el circo”
siempre que veo en facebook que has publicado algo nuevo en tu blog,estoy deseando de sacar un rato para poder leer y ver las fotos de tus experiencias,te sigo deseando suerte para seguir disfrutando de esta experiencia de la cual creo que la vas hacer tu estilo de vida,un abrazo¡¡¡
Ni los mejores cuentos. Parece, bueno, es otro mundo. Nos introduces en él de una manera tan sencilla y humana que siempre me emociono. De nuevo, gracias por compartir tu vida con nosotros. Cuidate.
me están gustando mucho los posts de Bangladesh tío, uno se da cuenta de dónde procede la gente con la que cohabito cada día por Whitechapel!
muy profundo lo de que con la bicicleta sólo hay acminos de ida, no de vuelta…nos suele pasar a la mayoría de los que viajamos, pero da igual como lo hagas, el caso es que es dificil repetir experiencias… o volver a ver a la misma gente cuando tienes la opción de conocer gente nueva…en fin, a seguir con lo tuyo. salu2.
¡Cómo me he emocionado! ¡Qué gente tan entrañable! Son felices a su manera .Gracias por estas fotos.Cuídate.
Buenísimo Kabir, me ha encantado, me he reído y he disfrutado leyéndote. Sigue contándonos, todo lo pequeño lo haces grande!! Tanto como tú!! Un abrazo : )
me impactan mucho la construccion de las gradas!
los numeros del circo casi puedo imaginarmelos, y sobre todo tu cara al ver entrar al profe y sus alumnos
Quelle chance, son inreder album est excellent ! et votre blog est une promenade bien agre9able maintenant que je suis rentre9e en France, suivie par la pluie, bien sfbr !
no cirve este circo