Hola y adiós Malasia
Después de tantos días esperando a volver a coger la bicicleta, lo único que hice es montar en bici durante mi corta estancia en Malasia.
Diría yo, que no ha sido más que un mero tránsito entre Singapur y Tailandia.
Cada país necesita tiempo para descubrirlo y eso es algo que no he dedicado a Malasia.
Recorrer la costa este tampoco me dio muchos alicientes para quedarme más tiempo, y no fueron más que plantaciones de palma de aceite y caucho lo que fui dejando atrás por las anchas y bien asfaltadas carreteras de este país tan industrializado.
Grandes camiones pasaban a mi lado transportando madera, y eché mucho de menos la vida alrededor de la carretera que encontré en Indonesia y en Malasia casi inexistente.
No tan ordenado y perfecto como Singapur, pero más de lo que hubiera gustado encontrarme.
Me fue imposible encontrar un solo río con el agua decente para poder bañarme, y todas las plantaciones, principalmente las de palma de aceite, estaban cercadas, lo que cada noche se convertía en una odisea para encontrar un sitio donde acampar.
Lo mejor ha sido que los más de 600 Km. han sido completamente llanos.
Y lo peor, saber que si hubiera indagado un poco más en este país, estoy convencido de que me hubiera gustado, por lo menos un poquito.
Hubiera sido demasiada suerte cruzarse con un elefante…
…pero no fueron mas que camiones cargados de madera…
…y tristes paisajes.A un lado plantaciones de aceite de palma ,y al otro lado grandes terrenos deforestados.
Gente muy amable y alegre…
…y mercados tradicionales haciendo competencia a los grandes centros comerciales.