Bienvenido a Bangladesh
Tras sellar mi pasaporte a mi salida de la India, cruzo la frontera no sin antes detenerme para que los soldados indios se hicieran unas fotos conmigo.
Me acuerdo del consulado de Bangladesh pero soy muy optimista por los días que me esperan en este desconocido país. Sabía que me encontraría con el país mas pobre de Asia, el mas densamente poblado del mundo y mucho tráfico en sus carreteras, pero lo que más había oído era sobre la hospitalidad de los bangladesís.
Ya en Bangladesh y buscando el puesto de inmigración se me acercan dos soldados y me preguntan si soy español.
Me dicen que les acompañe que su comandante quiere hablar conmigo.
Muy extrañado empujo la bicicleta guiado por los dos soldados y no tardamos en ver aparecer un militar con un gran bigote y detrá de él decenas de soldados que se dirigen hacia nosotros.
El comandante, me vuelve a preguntar si soy español.
Al confirmárselo me da la mano mientras un soldado nos hace fotos y el comandante me dice:
– Soy el comandante ‘tal’ y quiero darle la bienvenida a nuestros país. Es un honor tenerle como invitado.
Me pregunta por mi viaje en bici, y sin soltarme la mano y sonriendo a la cámara que nos está haciendo fotos, menciona la copa del mundo de fútbol y me dice que el animaba a España.
No daba crédito a la situación en la que me encontraba.
Estaba anonadado por la bienvenida que estaba recibiendo este nuevo país.
Un soldado me acerca una libreta y me pide por favor que le firme un autógrafo y que le escriba algo.
“Es la mejor bienvenida que jamás he tenido”, y el soldado lo lee en alto para que lo escuchen los allí presentes.
Finalmente, y con la intención de llegar esa misma noche a Dhaka, a 150km de distancia, me despido.
Había oído maravillas de Bangladesh pero nunca me imaginé en una situación así.
Alejándome, feliz después de haber recibido tan increíble trato, ya por la carretera me doy la vuelta para despedirme por última vez y veo a los soldados allí inmóviles ocupando toda la carretera mientras me ven alejarme…