Belle France
Francia fue una auténtica sorpresa.
Después de nuestra primera decepción en occidente, encontrarnos de nuevo con las montañas, esta vez los Alpes, que nos trajo bellos paisajes …
…carreteras más tranquilas por las que circular…
…y volver a estar rodeado de naturaleza…
En Italia la gente conduce de forma agresiva y las carreteras casi siempre atestadas de coches carecían, normalmente, de arcén.
Cruzar los Alpes por el ”Il Colle della Maddalena, (Col de Larche en francés) ” …
…nos trajo de nuevo un poco de aire puro, y grandes pendientes.
Después de cruzar ese puerto y la frontera, nos encontramos con un gran país, y con el Mistral, fríos y fuertes vientos del norte que nos acompañaron los primeros 10 días.
Percibimos un gran cambio y disfrutamos de infraestructuras perfectas que hacían el viajar en bicicleta algo muy fácil.
Los conductores franceses han sido sin lugar a duda aquellos que más en consideración han tenido hacia los ciclistas, y las áreas de descanso han sido lugares perfectos en los que descansar, y muchas noches acampar, aquellas en las que sin ningún problema nos han dejado montar la tienda en algún jardín, o invitado a dormir en alguna casa.
El paisaje pintoresco del país galo nos regalaba obras de arte en cada curva…
…y la siguiente curva…
Las zonas rurales de Francia están mucho más desarrolladas que otras zonas rurales en otros países, y es menor la diferencia entre las ciudades y el campo…
…pero el ambiente mucho más relajado y los pueblos que parecían abandonados por su tranquilidad…
…nos han permitido conocer la verdadera Francia, fuera de las grandes ciudades…
…y esos paisajes tantas veces visto por la televisión en el Tour. El país de los viñedos…
Lo antiguo se mezclaba con lo moderno en completa armonía, al igual que la densa vegetación del clima lluvioso del lado norte del Pirineo pedía de vuelta lo que le pertenece…
Y el Pirineo ahora es lo único que nos separa de casa, así que para allí vamos.