Browsed by
Author: Javier Bicicleting

En busca de tranquilidad

En busca de tranquilidad

Con demasiadas ganas llegué a Bangladesh para viajar en el país más densamente poblado del mundo. Sus carreteras están lo mismo o más.

Es difícil poder distraerse para apreciar el paisaje y la vida que gira al rededor de la carretera, pues es vital estar lo más atento posible a los demás vehículos.

Mi cuerpo me pedía días tranquilos y para ello nada mejor para reconfortarlo que un lago entre colinas…

…y aún así, en los lugares menos densamente poblados la gente aprovecha hasta el más mínimo espacio…

En mi camino hacia las costas del sur, pasé por el lago Kaptai. Un tranquilo y bonito lugar donde la gente va a pasar las vacaciones…

… un oasis de tranquilidad dentro de  Bangladesh…

Me hubiera quedado más días allí, pero después de llevar casi un año sin bañarme en el mar, el destino se había convertido en una obsesión que no me dejaba disfrutar del camino.

Viajar por Bangladesh siendo el centro de atención total es agotador. Encontrarme en todo momento rodeado de gente que no conozco me hacía sentir un poco la soledad.

Finalmente llegué a la costa para embarcar en un ferry, durante la travesía la mayoría de pasajeros se habían agolpado en la proa a mi alrededor hasta que bajamos en la isla de St.Martin…

…donde las familias también vienen a pasar las vacaciones…

Salir a dar un paseo por la playa significaba ser el centro de atención y un no parar de presentaciones, de gente preguntándome si me podían hacer una foto. Al aceptar, la gente se acercaba a ver que pasaba y acababa haciendo cola esperando a hacerse una foto conmigo…

No te vuelvas

No te vuelvas

Durante unas negociaciones de paz en la guerra que se libró en el 2008 en el Congo, entre los rebeldes tutsis del general Laurent Nkhunda y las fuerzas gubernamentales fieles a Kabila, el expresidente de Nigeria se había ofrecido como mediador.

La reunión, impulsada por las Naciones Unidas, se iba a celebrar en una pequeña aldea no muy lejos de la frontera con Uganda, unos 100 Km al norte de Goma, bajo la imponente figura del volcán Viruanga y en medio de la densa selva.

El camino a esta pequeña aldea lo hice en moto con mi traductor y el conductor, nos adelantaron varias motos conducidas por chavales vestidos de militar y con armas automáticas. Nos dirigíamos al mismo lugar.

Pasamos varios controles y al presentarme como periodista nos dejaban pasar.

En uno de los controles nos dicen que tenemos que esperar y allí esperamos bajo la atenta mirada de los rebeldes bien armados, uno de ellos lanza granadas  al hombro.

Hay mucha gente en la aldea ya que aprovecha la presencia del líder rebelde Laurent Khunda, también pastor de la iglesia, para que consagre un centenear de matrimonios.

Al rato vemos llegar un todo terreno con las letras “TV” hechas con cinta blanca y pegadas en la luna delantera. Dentro dos jóvenes fotógrafos franceses,Remi Ochlik y Lucas Dolega, y al igual que a nosotros les dicen que tienen que esperar en el control.

Remi tenía la misma edad que yo, 25 años y Lucas 29.

Al igual que para mi, esa era su primera guerra.

Éramos allí los ojos de millones de personas y es lo que saliera de nuestras cámaras lo que se iba a ver a miles de kilómetros y quizás conseguir desviar la atención a esa zona del mundo.

Sabíamos que éramos de los pocos testigos de aquellas masacres que estaban cometiendo ambos bandos.

Es mucha responsabilidad y cuanto más arriesgas piensas que haces mejor tu trabajo.

Después de varios años sin saber de Remi Ochlik y Lucas Dolega, hoy en los periódicos puedo leer que Remi ha muerto en Homs durante una ofensiva del ejército sirio  y al indagar sobre Luca, me encuentro que murió durante las revueltas en Túnez el año pasado.

“El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad”, dijo Einstein.

Una vez que  vives tan de cerca esas injusticias, no puedes hacer otra cosa que continuar.

Y eso es lo que hicieron Lucas y Remi.

A ti mi amor

A ti mi amor

A ti, mi amor y mi fiel compañera, que juntos hemos explorado tantos lugares…

..y aunque alguna vez me hayas dejado tirado y en las subidas no me hayas ayudado…

…siempre hemos superado todos los baches e imprevistos…

A ti, mi amor, que contigo todo va sobre ruedas quiero decirte que contigo al fin del mundo…

…  aunque no me hayas dado calor en las noches de frío…

…y me hayas llevado por los caminos del infierno…

… sin ti  los caminos no estarían tan  llenos de vida…

…y aunque tengas dos ruedas y no dos piernas, a ti te digo…

Un día en el circo

Un día en el circo

En el camino veo una carpa que tiene toda la pinta de  ser un circo. Son sólo las 11 de la mañana y aun así decido parar para ver. Un circo en Bangladesh tiene el potencial de ser interesante.

Apoyo la bicicleta en una valla y entro en el recinto que está en la explanada  de un colegio.

En el recinto hay varias carpas más pequeñas y una noria de madera propulsada a mano…

No tardo mucho en encontrarme rodeado de gente.

Un hombre se me acerca y me pregunta si  puede grabarme. Le da la cámara a un amigo y  entonces empieza a hacerme preguntas.

Un chico dice trabajar en el circo y me invita a pasar  aunque la primera funcion no empiece hasta las 5 de la tarde.

Me lleva detrás de la carpa donde han montado varias barracas hechas con chapas de metal. Es donde viven los feriantes.

Apoyada sobre una chapa hay una bicicleta con ruedas pero sin cubiertas.

Me lleva donde los animales. Hay unas cabras, un burro, un oso encerrado en una jaula de un metro cuadrado  y dos hermosos elefantes.

Aunque todavía quedan muchas horas para que comience el espectáculo, cualquier excusa es buena para no volver a coger la bici  en lo que queda de día, así que busco un lugar donde montar la tienda, y el colegio del recinto parece lo más apropiado.

Sin muchos problemas, en el pueblo encontramos al director, que me dice lo feliz que está de tenerme como  invitado.

Me abren una clase,  separando algunos pupitres y apoyando la bicicleta en la misma pared que una pizarra con ejercicios de ecuaciones matematicas escritas con tiza, monto mi tienda de campaña…

Poco a poco los dias huelen mas y más a verano y al abrir la ventana noto entrar una ráfaga de aire que me refresca y tan solo me recuerda a una calurosa tarde de verano en Madrid. Todavía el clima es seco y no ha empezado el calor insoportable que precede el monzón.

Y me echo una siesta.

Una hora más tarde el mismo hombre que me había abierto la clase llama a la puerta. Me ha traído comida.

Me siento en la mesa del profesor, saca un plato de una bolsa y no me deja ni servir agua en el vaso. Soy su invitado.

Se llama Ali y es el encargado de seguridad del circo. Al terminar de comer nos dirigimos al circo que dentro de poco comienza la primera función.

Sin haber aun mucha gente en el recinto, mi anfitrión se empeña en hacerme pasar entre  la poca gente que hace cola.

Entramos al circo, y todavía esta medio vacio.

Una mujer sin mucho entusiasmo canta sobre la arena, saliendo ruido y no música por unos distorsionados altavoces. La gente no ha empezado todavía a divertirse…

Al fondo de la arena, una lona cayéndose a cachos lleva escrito el nombre del circo: Olimpic Circus, Dhaka,Bangladesh.

Salen dos enanos para animar a la audiencia mientras una niña de 7 años empieza a trepar por una precaria cuerda. Se cuelga de unas cuerdas a unos de 10 metros de altura y bajo ella, un grupo de personas sujetan una lona esperando a que la pequeña salte. Entonces salta.

Tras ese número, un hombre se bebe más de 2 litros de agua y se traga varios peces pequeños.

Poco a poco, empieza a sacar los peces,uno por uno,  junto con un poco de agua e introduciéndolos  en una jarra, siempre acompañado por un distorsionado ruido saliendo de los altavoces.

El siguiente número sale un hombre con muletas. Tiene una pierna paralizada que mueve con el brazo como si fuera de plastilina.

Entonces escucho el ruido de una moto y se que viene el famoso espectáculo de la moto girando dentro de una bola de hierro.

Luego, el mismo hombre de los peces y el agua se tumba boca arriba en una mesa. Sobre sus piernas levantadas ponen un barril que lentamente empieza a girar con sus pies. La gente aplaude pero no ha hecho más que empezar.

La pequeña acróbata sale de dentro barril y después de ella otra chica más…

Finalmente es cuando entran los animales. La cabra haciendo equilibrismo, al oso no lo han sacado ni en la jaula y los dos elefantes le dan patadas a un balón…

Al acabar la función , me invitan a pasar detrás. Me saludan y me dan las gracias por haberles visitado.

Las pequeñas malabaristas me piden que les haga una foto. Muy felices al verse en la cámara me dan las gracias.

Las pregunto si van al colegio y me dicen que no.

Hablo con el hombre de las muletas que me invita a su caseta. Me explica que ahora sufre  un dolor intenso en la cadera de repetir tantas veces su número. Me pide que le haga una foto  y se cuelga la pierna al hombro.

Todos me invitan a volver otro día, pero ya se que con la bicicleta casi siempre los caminos son de ida y no de vuelta.

Antes de irme a dormir me llevaron a los títeres, la tombola, donde el premio no podía ser otra cosa que un rickshaw…

…pero si ya no entran más!!!…

La gente en Bangladesh es sencilla e increiblemente hospitalaria. En todo momento buscan ayudarte y te hacen sentir siempre bienvenido.

Mi anfitrión me acompaña a mi clase. Después de un día duro y en el que he sido el centro de atención, caigo redondo sobre mi esterilla.

Con la luz de la mañana me despierto. Empiezo a desmontar la tienda cuando noto que alguien intenta abrir la puerta.

Me acerco a abrir, y me encuentro con el profesor que viene a dar clase y decenas de alumnos tras él.

Está  sorprendido, lo mismo que la veintena de alumnos que le acompañan.
Por su expresión y la de sus alumnos me imagino que el director no les ha dicho nada.

Bienvenido a Bangladesh

Bienvenido a Bangladesh

Tras sellar mi pasaporte a mi salida de la India, cruzo la frontera no sin antes detenerme para que los soldados indios se hicieran unas fotos conmigo.

Me acuerdo del consulado de Bangladesh pero soy muy optimista por los días que me esperan en este desconocido país. Sabía que me encontraría con el país mas pobre de Asia, el mas densamente poblado del mundo y mucho tráfico en sus carreteras, pero lo que más había oído  era sobre la hospitalidad de los bangladesís.

Ya en Bangladesh y buscando el puesto de inmigración  se me acercan dos soldados y me preguntan si soy español.

Me dicen que les acompañe que su comandante quiere hablar conmigo.

Muy extrañado empujo la bicicleta  guiado por los dos soldados y no tardamos en ver aparecer un militar con un gran bigote y detrá de él decenas de soldados que se dirigen hacia nosotros.

El comandante, me vuelve a preguntar si soy español.

Al confirmárselo  me da la mano mientras un soldado nos hace fotos y el comandante me dice:

– Soy el comandante ‘tal’ y quiero darle la bienvenida a nuestros país. Es un honor tenerle como invitado.

Me pregunta por mi viaje en bici, y sin soltarme la mano y sonriendo a la cámara que nos está haciendo fotos, menciona la copa del mundo de fútbol y me dice que el animaba a España.

No daba crédito a la situación en la que me encontraba.

Estaba anonadado por la bienvenida que estaba recibiendo este nuevo país.

Un soldado me acerca una libreta y me pide por favor que le firme un autógrafo y que le escriba algo.

“Es la mejor bienvenida que jamás he tenido”, y el soldado lo lee en alto para que lo escuchen los allí presentes.

Finalmente, y con la intención de llegar esa misma noche a Dhaka, a 150km de distancia, me despido.

Había oído maravillas de Bangladesh pero nunca me imaginé en una situación así.

Alejándome, feliz después de haber recibido tan increíble trato, ya por la carretera me doy la vuelta para despedirme por última vez y veo a los soldados allí inmóviles ocupando toda la carretera mientras me ven alejarme…

Cuando el problema es la corrupción

Cuando el problema es la corrupción

Me acerco al consulado de Bangladés en Tripura. El secretario  del cónsul me atiende y aunque no es muy afable se ve que está por la labor de ayudarme, o simplemente, de hacer su trabajo.
Me dice que tengo que pagar 100 euros, y sorprendido le digo que me parece muy raro porque en su página, y después de haber hablado con la embajada en un par de ocasiones, me habían dicho 30 euros.
Es entonces cuando se delata con esas frases típicas de: yo sólo ayudo, el dinero no es para mí,……
Para asegurarme vuelvo a llamar a Delhi, que es donde esta la alta comisión de Bangladés, y me vuelven a confirmar el precio.
El oficial eleva la voz y con tono desafiante me espeta: “pues vete a Delhi a sacártelo”.
Sin perder los nervios, y haciéndome el tonto le digo: ¡ah! es que me he explicado mal. Quiero la visa para el día siguiente, no la urgente (que no existe)
Me dice que vuelva mañana que va a hablar con su jefe, el cónsul, pero antes llamo yo a la puerta y le explico el problema. Me dice que hable con el secretario.
Al día siguiente, después de esperar un buen rato en la sala de espera, enfrente de un cartel de turismo de Bangladés y su fauna con una foto de unas palomas, el secretario del oficial me dice que ahora no me dan el visado, y yo ya perdiendo los nervios les pregunto que por qué. Me dicen que me vaya a Delhi.
Vuelvo a hablar con el jefe, el cónsul, y muy maleducadamente me dice que no, que hable con el oficial, y el oficial me dice que hable con el jefe.
El jefe me cierra la puerta en las narices y me dice que le estoy haciendo perder el tiempo.

No me voy si antes decirle que es un ladrón corrupto y que si no le da vergüenza que la gente de su país se este muriendo de hambre mientras  él se aprovecha de su posición para robar mi dinero.
Me dice que va a llamar a seguridad, y es ahí cuando en un inglés bien claro y alto para que me entienda le dirijo todos los insultos posibles acordándome de todos los miembros de su familia mientras los soldados me invitan a salir.
Y entonces me encuentro en un lugar perdido de la India, sin salida ni  visado para entrar a Bangladés y veo que la única solución será  comprarme un vuelo a Delhi y tramitar mi visado allí, pero una amiga que me esta acogiendo en su casa me dice que espere, que va a hacer todo lo posible para que me den el visado en Tipura.
Después de lo que les he llamado, dudo que me den nada, pero aun así espero.
Me ponen en contacto con un reconocido periodista local, que escribe una carta para que se la entreguemos al cónsul.
Yo me niego a negociar con ese bastardo corrupto, pero mi amiga se ofrece a darle la carta en busca de alguna solución.
Espero fuera del consulado y mi amiga sale a decirme que el cónsul ha aceptado. El cónsul ahora parece majo, otra persona, intentando dar la vuelta a la tortilla, dando todo tipo de explicaciones a mi amiga y al periodista que finalmente se había presentado allí.
Entre risas y como en una conversación entre amigos acepta darme el visado, pero de 7 días.
Muchos de vosotros pensareis: ¡Qué vergüenza!, pero en España las cosas no son muy diferentes. Aquí uno se ha intentado pagar el iphone con mi dinero, en España muchos se pagan sus mansiones, cochazos y vacaciones con el nuestro.

Tragando polvo

Tragando polvo

Y por fin volvía a coger la bicicleta, con más ganas que nunca y dirección a Bangladesh, pero se me había olvidado como eran las carreteras en la India….

Dejaba atrás las suaves colinas de Meghalaya para bajar a la llanura en el estado de Assam, y mirase a donde mirase solo veía camiones entre una nube de contaminación y disfrutaba mientras estaba en un “sandwich” entre dos camiones al leer los versos que llevan escritos…..

Las tierras ricas dibujaban a los dos lados de la carretera el paisaje de negro…

A mi izquierda riqueza…

… y mi derecha los que trabajaban para crear esa riqueza…

Al llegar a la llanura de Assam, en el horizonte se veían decenas de chimeneas humeantes de las fábricas de ladrillos.

Tenía delante contaminación y progreso…

detrás explotación…

Aun así la naturaleza me permitió olvidar el polvo negro y el humo de los camiones y disfrutar de un lugar tranquilo donde acampar,poder lavarme y quitarme la capa de tizne negro que cubría todo mi cuerpo, aunque lo mejor fue dormir alejado de mis amigos los camiones y sus bocinas…

De tanto respirar contaminación y polvo un día me levanté con fiebre, tos y la nariz taponada, síntoma de alergia. La primera vez en mi vida que la tenia.

Para los que digan que hacer deporte es bueno para la salud.

Reventado y sin fuerzas pero con muchas ganas de salir de ese infierno continué  mi camino hacia Bangladesh.  Durante el viaje  por el estado de Tripura, observé que los vehículos para transitar esa zona tribal son obligados a viajar en convoyes que son protegidos por militares ya que en esta región actúan varios grupos de guerrillas. Con la bicicleta, no.

Cuando el problema es la burocracia

Cuando el problema es la burocracia

Fecha de entrega, entre 7 y 8 días. Eso es lo que dijeron a mi padre en la oficina de correos en Majadahonda, cuando envió el repuesto para mi bici. Era el 21 de diciembre.

Tres semanas más tarde, estoy desesperado y aburrido de esperar. Sabía que estaba en algún lugar de la India, y eso me irrita mucho más.

Sé que en ese paquete no viene tan solo el recambio para mi bici, también trae a mi antigua tienda, queso manchego, jamón serrano y unos ferrero.

Después de visitar la oficina de correos día tras día durante casi dos semanas, los empleados ya me conocen. Uno de ellos me saluda emocionado y me dice que por fin el paquete ya ha llegado. Es el 16 de enero. ¡¡Veinticinco días!!

¡¡Más sorpresas!! Ahora me dicen que tengo que pagar 80 euros por las tasas de aduanas.

¿Están locos? Pero si todo lo que está dentro del paquete, excepto la comida, está usado y por el  olor que desprende me da la espina que el manchego se ha convertido en cabrales.

Están avergonzados. Saben que es un robo, pero no pueden entregarme el paquete hasta que no  pague ese dinero.

–          ¡Seguro que se puede hacer algo!

–          Aquí en la India todo es posible, o eso dicen.

Me dicen que todo depende de aduanas en Calcuta. Que tienen que localizar al agente de aduanas que tramitó el paquete.

–          ¡Perfecto!

Les digo que devuelvan el paquete a España, pero me lo pienso un momento y les digo que quiero hablar con el jefe de la oficina de correos.

Cuando me recibe veo que también está avergonzado. Me dice que no puede hacer nada.

–          Pon una reclamación.

No estoy por la labor. Sé que una reclamación acabará en algún montón de papeles, en alguna sucia oficina con ratas correteando entre paquetes y cartas y con sucias paredes rojas llenas de escupitajos mezclados con tabaco de mascar.

Me acerco a la oficina de impuestos y llamo a la puerta de la oficina del superintendente del estado de Meghalaya.

Me dice que no puede hacer nada, pero que va a intentar hablar con aduanas en Calcuta y me advierte que pueden pasar días, semanas o meses. Aun así decido esperar un día más.

Al día siguiente, me vuelvo a acercar a la oficina de correos y me dicen que no han podido hacer nada, ni siquiera localizar al agente de aduanas, pero entre varias personas de la oficina han hecho una colecta y reunido el dinero para pagar las tasas de mi paquete.

Amablemente lo rechazo y les digo que es un error, que seguro se puede hacer algo.

–          Tú ya has visto como funcionan las cosas aquí. No es un simple contratiempo. Por favor acepta el dinero. Queremos ayudarte para que puedas seguir tu camino.

Por favor, no rechaces este dinero, me solicita el superintendente, una persona serena y amable.

Finalmente acepté el dinero en efectivo para ir a recoger el paquete a correos.

Llámanos cuando llegues a Bangladesh- me dicen mientras me despiden.

Corriendo y emocionado por la muestra de apoyo de unas personas que apenas conozco, me dirijo a recoger mi paquete no muy lejos de allí, en la oficina de correos.

Ya con mi paquete, feliz, todos los empleados  me conocían y estaban al tanto de mi problema.Estaban esperándome en la puerta para despedirme y desearme suerte.

Ahora tocaba arreglar la bici, comerme los Ferrero y el jamón, tirar el queso y salir a toda prisa dirección a la frontera de Bangladesh, a 500km de distancia, antes de que mi visado para la India caduque.

Encuentro digital

Encuentro digital

En estos días de aburrimiento esperando a que llegue un paquete de Madrid con la puntera para mi bici desde hace varias semanas ha sido lo mas parecido a perder el tiempo, aunque gracias al apoyo de organizaciones, resvistas online y blogs han acabado siendo días muy productivos en el que he tenido la posibilidad de dar a conocer este proyecto.

Estas cosas las suelo colgar en mi Facebook (http://www.facebook.com/bicicleting)

Aquí van los enlaces de algunos artículos:

Periodicamente escribo en el blog de Yporquenosolo.es , una agencia de viajes para personas que viajan solas y han decidido ayudarme en esta aventura.

Artículo en xatakafoto.com

Artículo en Culturamas.es

Artículo en Avanzamosciclismo.com

Y aqui van las respuestas a los lectores de Avanzamosciclismo.com :

Javier de la Varga, un fotógrafo que recorre el mundo en bicicleta para denunciar y documentar todo lo que se va encontrando en su camino, ha sido nuestro protagonista en estas últimas dos semanas. Tras recibir vuestras preguntas para Javier, aquí tenemos la entrevista que Javier nos ha devuelto desde una selva asiática.
Montañas

ENCUENTRO DIGITAL CON… JAVIER DE LA VARGA
¡Buenas!Como ciclista aficionado a la fotografía, cuando veo que vas de un lado para otro me surge una duda. ¿Te ha pasado alguna vez que ves la mejor escena del mundo y te has quedado en ese momento sin batería o memoria en las tarjetas? Si no es así, ¿cómo lo solucionas, varias tarjetas, baterías adicionales o cargar en cuanto tienes oportunidad?
Hola Enrique. Voy cargado con baterias y tarjetas suficientes. Cuando todas las tarjetas empiezan a estar llenas, en alguna ciudad las grabo en DVDs y las mando a Madrid. De momento nunca me he quedado
con las ganas de hacer una foto, aunque el otro día en unas minas de carbón se me calló el flash al agua embarrada y… bueno, ahi se acabaron las fotos por ese dia.
Y otra pregunta, aunque esta supongo que la hará otra persona: ¿has tenido problemas de seguridad con todo el material que debes llevar, además de las cámaras, la propia bici, comida, dinero, etc? Enrique Suárez
Las únicas veces que me han robado son los del banco cada vez que tengo que sacar dinero del cajero. Me cobran unas comisiones exageradas. Pero de seguridad, en este viaje en bicicleta, como lo
llevo todo encima nunca me ha pasado nada. En las zonas rurales, que es donde suelo acampar, la gente es más buena y generosa y me siento muy seguro, pero siempre voy con mil ojos y mucha precaución.
¡Hola, Javier! Debe ser una auténtica maravilla el poder coger tu bicicleta e irte a pedalear por el mundo, ¿cómo empezó tu pasión por la bicicleta? ¿por qué elegiste la bicicleta como medio para conocer el mundo? Fran Rivas
Hola Fran. Desde muy pequeñoo ya iba en bici al colegio y me movía con ella por la ciudad. La primera vez que salí de viaje en bicicleta fue a Marruecos,de eso hace ya siete años, y desde entonces he llevado esa espinita de querer volver a viajar en bici.
Una de las cosas que mas echaba de menos cuando viajaba (sin ella) era hacer deporte, entre otras muchas cosas me encanta acabar el día fisicamente agotado.  La velocidad que te permite la bicicleta es la perfecta para poder observar.
Carretera
Estando en tantos lugares, deber ser complicado saber dónde te encuentras al despertar cada mañana, ¿te ha pasado alguna vez, despertarte y pensar que estas en un país cuando en realidad estás en otro? ¿Qué lugar te ha impresionado más? Alfredo Blesa
Hola Alfredo. Me encanta esta pregunta, porque aunque no me haya pasado pensar que estoy en otro país, alguna vez me he levantado y todavía dentro de la tienda me preguntaba: ¿Dónde estoy?
¡Hola, compañero!, eres todo un ejemplo de libertad, no todo el mundo es capaz de hacer lo que haces tú. Viendo que has estado retenido en países africanos, ¿en qué parte del mundo has pasado más miedo? ¡Un saludo! Juan Mari Martín
Hola Juan Mari. Sin lugar a duda donde más miedo he pasado fue en el Congo, mientras se libraba una guerra entre rebeldes y el ejército del gobierno. Ver chavales borrachos, armados con fusiles automáticos y con granadas, en aldeas en medio de la selva no me daba mucha seguridad.
También en unas manifestaciones en Palestina con los soldados israelies disparando a diestro y siniestro, vi con mis propios ojos como un palestino inocente a unos pocos metros de mi caía fulminado en el suelo.
Camboya
Preparar una aventura como la que estás haciendo debe ser casi más complicado que llevarla a cabo. ¿Cuánto tiempo estuviste organizando el viaje, buscando financiación, preparando equipaje,…? Saludos. David Serrano
Hola David. Estuve casi un año en Londres. Mas que preparando estaba ahorrando y disfrutando de mis amigos. Tardé poco más de un mes en armar la bicicleta y cuando sólo me quedaba un día para volar todavía estaba comprando cosas.  Un par de meses hubieran sido suficentes.  Estar en buena condición física ayuda en los primeros meses de viaje, luego ya con lo rodado te sirve de entrenamiento.
El resto, nunca preparo los viajes y me gusta encontrarme lo que tenga que encontrarme una vez allí. Es mas interesante que saber todo de antemano y descubrir los mapas una vez que estas sobre ellos.
Al fondo
¡Hola! Tengo una duda, ¿Cómo haces para comunicarte con las tribus de la selva, allí no creo que el inglés sirva de mucho? Ana.
Hola Ana, En esa situacion estoy limitado a mi lenguaje de manos, me estoy convirtiendo en un experto del “mimo”, y las “conversaciones” no van mas allá de las cosas mas básicas para explicar que hago con la bicicleta, pedir un lugar para dormir y poco más.
¡Buenas tardes o noches, Javier! ¿Cómo reaccionan, las gentes de países menos desarrollados, cuando te ven aparecer con tu bicicleta en sus poblados? Deberás ser la atracción del año en algunos de ellos. Marta Castañeda
La palabra que mejor lo definiría es sorpresa.  Si yo fuera de la tribu de al lado seria miedo lo que sentirían, pues se tienen mas miedo entre ellos.
Sin lugar a dudas debe de ser algo parecido a ver aparecer un marciano dando pedales en una bicicleta con muchos bultos.
Agua
Muchas gracias, Javier, por colaborar con nosotros. Me inspiras una gran admiración, no solo tu forma de vivir, si no por tus ánimos de denunciar las injusticias que te vas encontrando a lo largo del mundo.  Se te debe caer el alma al ver la pobreza que hay por algunos de los países en los que has estado pedaleando y fotografiando.  ¿Cuáles son tus mejores y peores momentos vividos en todos esos viajes?
Y una última pregunta, he visto que tienes unos documentos fotográficos espectaculares, ¿eres de los que van buscando las situaciones e inmortalizan cuando suceden o de los que preparan los condicionantes para que se den ciertas imágenes? ¡Muchas gracias! Ángel Denche.
¡Hola Angel! Entre tantos buenos momentos no sabría decirte uno en especial, pero hay uno que sin duda es de los más extraordinarios, cuando en Zambia, visitando una reserva de chimpancés, cuidé varios dias de una cría de chimpancé como si fuera mi hijo. Su nombre era Dominique.
Dominique
Momentos tristes desgraciadamente he vivido demasiados, pero es un estímulo seguir denunciando con las fotografias e intentar que esos momentos nunca se repitan.
Intento vivir de la manera más cercana posible lo que me rodea, y captar aquello que me llama la atención, nunca forzando una situación y sólo intento captar la realidad de la manera mas objetiva posible.
Imagino que para hacer lo que haces tiene que gustarte mucho. ¿Cuántas aficciones combinas durante tu viaje? ¿y cuál de ellas era original y cuál has tenido que adoptar? (ciclismo, fotografia, periodismo, viajar, supervivencia, etc) Suerte, Pedro Beltrán.
Hola Pedro, la única afición que he dejado de lado en este viaje es el atletismo. El resto están en el día a día y tengo la suerte de que con este tipo de viaje no he tenido que adoptar nada que no me gustara de antes.
Lo único malo es que se pasa la mayoría del tiempo solo y no se puede compartir con nadie los momentos buenos, ni los malos…
De entre todas la emociones y sensaciones que se pueden tener durante un periplo tan intenso como en el que estás embarcado. Nos podrías describir varios momentos reales durante el viaje que a continuación te describo: ¿el momento más frustrante? ¿el momento más eufórico? ¿el momento más melancólico? ¿el momento más humano? y alguno más que a tí te apetezca describir. Gracias, Santiago Hernandez
¡Hola Santiago! Justo ahora te puedo asegurar que estoy en el momento más frustrante.  Llevo esperando semanas a que un paquete llegue de España con una pieza para mi bici, que sin ella no puedo hacer nada, y saber que esta por algún lugar de la India no es de lo mas relajante.
De los más eufóricos fue en los primeros días, que después de empujar dos días la bicicleta por cuestas infernales para llegar a la cima del volcán Bromo en Indonesia, ví por fin el cráter humeando y sabía que el empujar se iba a acabar.
Melancólico, fue despedirme de mis padres cuando me vinieron a visitar a Vietnam, y el más humano es cada vez que entablas una amistad.
Momentos de miedo, una noche mientras dormía en mi tienda en algún lugar del Tibet y me despertaron los aullidos de los lobos, y por supuesto, en la India, cada vez que un camión hace un doble adelantamiento invadiendo mi carril y me toca tirarme a la cuneta.
Budistas
Hola Javier, gracias por sacar tiempo para atendernos de entre las etapas de la selva. Mi pregunta es la siguiente ¿Qué carácter tiene que tener una persona, en general, para afrontar un reto tan exigente en lo físico como en lo mental como el que estás realizando tú? y en tu caso ¿qué te ha hecho o motivado a viajar en tu bicicleta? Un abrazo y mucha suerte. Javier Flores.
¡Hola Javier! Cuando se hace una cosa que te gusta, y además tanto, el esfuerzo es casi mínimo. Hay momentos muy duros, pero como la recompensa es tan grande mucha veces te olvidas de lo duro que es.
En la bicicleta tengo todo lo que necesito.  Medio de transporte propio, hago deporte, es barato y a la velocidad que voy no me pierdo nada.  Encima ni contamino ni financio a las petroleras.
Gracias a vosotros por vuestros apoyos y dejarme dar a conocer este proyecto.
Envidia sana entra cuando uno se encuentra con personas (muy pocas) que se lanzan a la aventura. ¿Qué 4 cosas no pueden faltar en tus alforjas durante la aventura? ¿Hasta cuándo te imaginas siendo aventurero? Suerte, disfruta y no dejes de contarnos en tu blog todas tus sensaciones y experiencias. Un abrazo . Paloma Castro
Hola Paloma. Cuatro cosas son muy pocas, pero si tuviera que elegir sería mi tienda, la cámara, el culot y un teléfono para hablar de vez en cuando con mis padres.
Nunca me he parado a pensar hasta cuando quiero seguir viviendo así. Me imagino que algún día me apatecerá asentarme, o a lo mejor no.
El compaginar mi trabajo, mis aficciones y mi pasión juntas solo lo podría sustituir el momento de querer formar una familia.
Ultima