Islam, ramadán, Pakistán
No es que en la India traten a la mujer de una manera más justa, pero no deja de impactar que nada mas cruzar la frontera la mitad de la población ande escondida en sus casas o esté bajo burkas…
La religión es la excusa perfecta para someter al más débil, en este caso la mujer…
El constatar de nuevo esta realidad ha sido la parte más triste del viaje.
Pakistán, como país islámico, lo considero un auténtico paraíso para viajar, ya que su religión predica la hospitalidad, y aquí se toman la religión de una manera muy seria.
Cruzamos desde la India en el ecuador del ramadán, cuando las noches estaban alumbradas por la luna llena, lo que significaba que todavía quedaban dos semanas para que se acabase ese infierno, y más si viajas en bicicleta en época de verano, cuando los días son más largos y el calor aprieta más fuerte y nos toca hacer la dieta del ramadán.
Beber en público no está bien visto, y al atardecer cuando las familias se reúnen para rezar…
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…y celebrar el fin de otro día, en el que se ha cumplido el compromiso con Dios de hacer ayuno desde el amanecer hasta el atardecer, algo tan simple como beber un poco de agua se convertía en un autentico placer…
El mes del ramadán no consiste tan solo en ayunar, sino también en mostrar generosidad. Se reza por los demás, se ayuda al que más lo necesita, y toda esa espiritualidad se se siente durante todo el día, y más cuando eres un invitado en su país.
Aun así, lo mejor de todo fue celebrar el fin del ramadán con la fiesta de Eid Mubarak, un día festivo donde las familias se reúnen en las mezquitas…
…y por nuestra parte celebramos que ya no tocaba comer a escondidas, y que podíamos pegarle un buen trago a la botella de agua cuando el sol estaba justo encima de nuestras cabezas.
Desgraciadamente en Pakistán hemos perdido demasiados días tramitando visados, lo que nos ha mermado mucho el tiempo que queríamos dedicar a recorrer el país. Finalmente, el norte y sus montañas ha sido el lugar elegido en nuestro camino a China.
En Pakistán se encuentran posiblemente las montañas más bellas del mundo y donde puedes ver que sus glaciares bajan casi hasta la carretera…..
…pero siguen estando llenos de colores…
La carretera del Karakorum, que teníamos que recorrer para atravesar de nuevo el Himalaya, hasta llegar a China, no sería un camino de rosas. Nos acompañó el mal tiempo que nos privó de las vistas de las cimas de las montañas…
La carretera discurre por uno de los márgenes del río, pero en el 2010 un desprendimiento lo bloqueó y se formó un lago que hoy sepulta la carretera bajo sus aguas a lo largo de más de 20Km…
…y ahora el único modo de salvar ese obstáculo es atravesarlo en barca…