Siempre que preguntaba a la gente que ya había estado en Vietnam sobre el país, sus  opiniones solían ser negativas respecto a la gente, y muy rara vez conocí a alguien que me hablara bien de los vietnamitas.

Aunque gente dura y guerrera, hizo que me opinión fuera más que buena en mis primeros días por las tierras altas centrales, cercanas a Camboya, donde la gente me saludaba y me pedían que me parase para a invitarme a beber zumo de caña de azúcar.

Pero a medida que pesaban los días la gente me parecía menos amable y sonriente, incluso hostil, y los conductores parecían poseídos y usaban la bocina constantemente, una vez un autobús invadió mi carril para echarme de la carretera, y al final acabé en medio de unos arbustos maldiciendo a todos los vietnamitas.

Fueron unos días duros en los que añoré la sonriente y amable gente del resto del sudeste asiático, pero poco tardé en llegar a Da Nang donde me reuniría con mis padres y aparcaría la bicicleta por unos días para viajar con ellos como lo hace la mayoría de la gente. Hoteles y transporte publico, aunque no faltó un poco de bicicleta…

Entre otros muchos lugares visitamos la espectacular bahía de Halong…

Fueron nueve días increíbles con la mejor compañía posible.

Aunque se hicieron muy cortos  ahora tomo el camino de nuevo con más fuerza que nunca.

Con el apoyo que me dan mis padres cualquier cuesta o clima se me hace fácil. Con unos padres así poco más me hace falta!

Ya de nuevo solo y con mi bicicleta tenía dos opciones para llegar al norte. Una era la carretera nacional que transcurre por la costa en llano, pero con mucho tráfico o la carretera de Ho Chi Minh, que recorre todas las montañas de sur a norte y con pocos vehículos  transitándola.

Para ganar tiempo y poder disfrutar más del norte tomé la carretera principal durante los primeros 500km y después me desvié para coger la ruta Ho Chi Minh…

Antes de adentrarme en las montañas, todavía en las tierras bajas, en la provincia de Mai Chau,  la temporada de cosecha de arroz comenzaba, y los campos me mostraban esplendorosos colores en tonos verdes y amarillos…

Y  las orillas de los caminos y carreteras se adornaban de colores con la  hierba y el grano de arroz que los campesinos ponían a secar…

Todo muy hermoso, pero el calor seguía siendo infernal.

Yo solo pensaba en montañas, en lluvia y climas más frescos que no tardaron mucho en llegar.

Después de pasar un puerto de montaña de 1200m me encontraba con ese lugar que tanto anhelaba..

¡¡Por fin volví a sentir el frío!!

Atrás se quedaban el calor infernal y la gente tan áspera que Vietnam me había ofrecido.

Minorías étnicas como los H’mong…

…

… o los Thai…

…gente mucho más amable y respetuosa, han conseguido que Vietnam me vuelva a gustar y que le encuentre sentido al origen de la palabra Vietnam (Viet: amable, Nam: sur; país de la gente amable del sur)

Es el comienzo de los muchos días que me quedan en mi camino hacia China, un adelanto de lo que espero encontrarme los siguientes 500Km por las carreteras de montaña.

CONCURSO:

Ahora que se acercan meses de alta montaña,  Tíbet e Himalaya, me he apuntado a un concurso en el que se proponen aventuras y regalan material de montaña a aquel que consiga más votos. Contar con vuestro voto sería mejor que llevar el viento a mis espaldas y en esos puertos de 4000 metros, estaría bien abrigadito. Solo hace falta registrarse y votar por la propuesta 9  (A golpe de pedal por Asia).

¡¡Muchas gracias!!

Enlace:

http://www.outletaventura.com/Concurso-Aventura-Seleccionados