Viajar en bicicleta  es, sin duda, una experiencia increíble, una aventura en la que al comienzo de cada jornada al levantarte no sabes  como transcurrirá el día, y muchos menos como terminará.

Pero algunas jornadas pueden llegar a ser  muy duras, demasiado diría yo, pero son esos días los que de verdad hacen de esto algo tan especial. Y ayer  fue un día de esos.

Tenia pensado seguir por la carretera 6 hacia Muong Lay  pero con la lluvia y la niebla, y porque en Vietnam tienen la manía de llamar al mismo pueblo con diferentes nombres…

… tomé la carretera equivocada, y me di cuenta de ello 60 Km. más tarde, después de haber subido un puerto de montaña y pasado por encima de dos desprendimientos de tierra …

…que bloqueaban la carretera.

No había ningún problema porque la carretera 279 por lo que iba, me podría llevar al mismo destino, al pueblo de Sa Pa, todavía a 200 Km. de distancia.

Los paisajes que el camino me ofrecía eran simplemente insuperables. La temperatura cómoda gracias a la incesante lluvia de los últimos 5 días, y durante horas  dispuse de la carretera casi para mi solo….

Como sabía que me esperaban grandes puertos de montaña y como la lluvia parece devorar las zapatas de los frenos, el día anterior puse unas zapatas nuevas.

Al descender el primero de los puertos comprobé que las zapatas ya estaban medio gastadas y tuve que ajustarlas varias veces, pero descendiendo el segundo puerto a mitad de camino la goma de las zapatas había desaparecido, estaban completamente gastadas y el metal bajo la goma estaba comiéndose el aro de la rueda, pero no sería eso lo peor.

Me encontré bajando el puerto con el suelo mojado de la lluvia y la única manera de frenar el caballo de hierro de 60 Kg. era con una rudimentaria técnica: “echar pie atrás y frenar con las sandalias”, lo cual me resultó muy difícil y tardé varios cientos de metros en detenerme, no sin antes llevarme un buen susto al perder el equilibrio y dejarme parte de la piel  del dedo gordo sobre el asfalto. Al final todo quedo en un susto y lo que no mata hace más fuerte. Por suerte tenía en el fondo de las alforjas unas zapatas de emergencia, de calidad, y pude continuar la bajada con frenos.

Eran las 4 de la tarde y me quedaban solo 20 Km. de subida para llegar a Than Uyen, que a una media de 10 Km/h calculaba que me daría tiempo a llegar antes de anochecer.

El día estaba siendo insuperable y los paisajes tan alucinantes que cada dos por tres paraba para hacer fotos de lo que la naturaleza me brindaba…

…y de la gente que me encontraba por el camino…

…y de animales…

Mientras subía el último y tercer puerto del día, la maneta para cambiar las marchas traseras se bloqueó y fui incapaz de arreglarla, un muelle minúsculo en su interior se había partido. Había pasado a una mejor vida.

Conseguí hacer un apaño, la necesidad aprieta, coloqué la cadena en la mitad de los piñones y sólo pude cambiar las marchas de delante, pero incluso así las cuestas me resultaron extremadamente duras. Antes de ponerse el sol llegué a Than Uyen, más cansado de lo normal y el día siguiente me lo tomé de descanso, ya que todavía me quedaban muchos Km. para llegar a Sa Pa, y me queda por subir el puerto más alto de Indonchina, el paso Tram Ton, de 2000 metros de altura.

Esto no ha acabado. Continuará…….

…y si quieres ayudarme…

…Ahora que se acercan meses de alta montaña,  Tíbet e Himalaya, me he apuntado a un concurso en el que se proponen aventuras y regalan material de montaña a aquel que consiga más votos. Contar con vuestro voto sería mejor que llevar el viento a mis espaldas y en esos puertos de 4000 metros, estaría bien abrigadito. Solo hace falta registrarse y votar por la propuesta 9  (A golpe de pedal por Asia).

¡¡Muchas gracias!!

Enlace:

http://www.outletaventura.com/Concurso-Aventura-Seleccionados