Dejando atrás el Himalaya
Y aquí se acaba una de las etapas más bonitas del viaje.
En Ladakh nos hemos encontrado con esos aires limpios y puros que tanto se echan de menos en el resto de la India.
Espacios abiertos donde fácilmente puedes montar tu hotel de 1000 estrellas…
…y no dormir tan solo en uno de 5 estrellas…
… ríos con agua cristalina donde lavarse y cielos estrellados para pasar horas observándolos…
Gente increiblemente amable, y una religion antigua y fascinante como el budismo…
Para abandonar Ladakh todavia quedaba recorrer la carretera hasta Srinagar, la capital de Cachemira, una de las zonas más militarizadas del mundo en disputa entre dos potencias nucleares, la India y el Pakistán, y gracias a ello hemos tragado polvo y humo como campeones con los incesantes pasos de convois militares, pero una vez más, el ejército Indio nos ha vuelto a sorprender con su hospitalidad.
A medida que avanzamos hacia el oeste el paisaje iba cambiando muy lentamente, a la velocidad que te permite observar yendo en bicicleta, con un muy fuerte viento en contra que nos ha acompañado todos los días.
Con cada puerto superado de las tierras áridas y desérticas de Ladakh…
…se covertían en algo más verde…
…un cambio fácil de apreciar con el paso de los días.
Cruzábamos pueblos medievales, donde el tiempo parece haberse detenido hace siglos…
…con muestras de su identidad moldeadas por su religión, el budismo…
Cuanto mas al oeste y alejándonos del altiplano, no solo cambiaba el paisaje, también su religión. El islam se abre paso y los rasgos de la gente dejaban de ser rasgos mongoles. Las migraciones del oeste, de oriente medio, trajeron nuevos pueblos y con ello, su cultura y religión…
Nos cruzamos con el pueblo balti, musulmanes de la rama chiita, mucho mas moderada que el islam suní, que llego a esta zona aislada del Himalaya por estudiantes del islam provenientes de la antigua Persia, hoy en día Irán.
Su enorme hospitalidad nos ha cautivado.
Rápidamente a la misma velocidad que el verde aparecia cubriendo las montañas se nos aparecía gente con rasgos muy poco típicos de las montañas y que habitaban cabañas improvisadas de plástico…
Eras gitanos de la provincia de Jammu que vienen a trabajar como pastores en los verdes prados que se abren justo en las puertas de Cachemira, tan solo los meses menos fríos del año…
…
Y casi sin darnos cuenta, después de superar el último puerto, el paso de Zogila…
…el paisaje cambió drasticamente y vivimos uno de los cambios geográficos mas grandes del mundo.
A un lado todavía en la meseta tibetana la tierra solo da hierba,al otro, el paisaje es alpino y todo vuelve a estar lleno de vida…
…
Hace mas humedad y al bajar por fin después de 2 meses siempre a mas de 3000 metros de altura los pulmones se nos llenaban de oxigeno y las pedaladas eran mucho mas fáciles. Tanto que los últimos 60 kilómetros para llegar a Srinagar, con un fuerte viento en contra, nuestra velocidad era de 30km/hora.
Y ahora nos despedimos del Himalaya hasta dentro de unas semanas, cuando lo volvamos a cruzar de sur a norte pero esta vez en Pakistán.
18 thoughts on “Dejando atrás el Himalaya”
Enhorabuena, Javier. Leer y admirar tus fotos me dan un respiro de aire fresco. Me recuerda un poema de Facundo Cabral, que te copio:
“El bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso.
Una bomba hace más ruido que una caricia pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que construyen: la vida.
El bien se alimenta de sí mismo el mal se destruye a sí mismo:
el tumor te mata: pero muere contigo, y no siempre te mata, a veces te despierta.
Si los malos supieran qué buen negocio es ser bueno,
serían buenos aunque sea por negocio.” Facundo Cabral
Un abrazo y take good care
Mariano Madurga
Amazing tronco! Simply amazing. Stay safe, have fun, keep smiling x
Ánimo Kabir. Escuché la entrevista en la SER. Ojalá y puedas publicar todas esas fotos maravillosas cuanto antes y la situación cambie para el gremio. Devora el mundo a pedaladas!!! Un abrazo.
seguir asi cameones!!!!
Un abrazo fuerte!!!
Es leerte y enseguida buscar esos lugares que nombras!¡Vamos que no estudiaba tanta geografía desde mi época de estudiante!¡Y encima con las características de sus pobladores!¿Qué tiene esa zona que atrae a tantos espíritus aventureros?Suerte y cuídate.
es muy bello…..gracias por contárnoslo…
brutal, me encantan las fotos del pueblo abandonado! un abrazo tío!
Hermoso!!
pasada de paisajes…aprovechad para comprar ordenadores por ahí, que me han dicho que están baratos !!
Me encanta vuestra aventura! Os sigo muy “de cerca”!
Natalia,eres una privilegiada por poder vivir todo eso!
Cuídate y un beso enorme!
¡Que bonitas fotos y reportaje! Bss
DE nuevo y de corazón: Felicidades. ANIMO Y ADELANTE.
precioso
enhorabuena por todo ese viaje
y gracias por hacernos partícipes de él
Bonito hotel de 1000 estrellas, y bonitas fotos, también.
¡Adelante!.
Tienes duende, viajero. El hogar está en el movimiento del alma.
Pareja vaya envidia q me dais, es admirable lo q haceis, magnificas fotos e increible narrativa mucha suerte por esos lugares tan carismaticos y a la vez tan locos. un abrazo mucha fuerza y enegia desde santander, tengan cuidado por esas carreteras mediavales.
igual me entere por la ser de verdad sois un privilegiado corre camino. las fotos estupendas adelante y suerte.
Hola Javier, sigo vuestra trayectoria con interés, y soy una admiradora de tus fotos viajeras.
Y también prefiero esos hoteles de mil estrellas a los otros.
Muy buenos tus retratos y preciosa esa celebración budista en el patio del monasterio, me ha recordado a mi querido Tibet. Un saludo viajero!