Darra, el mercado del plomo talibán
Hay kalashnikov con cachas de madera en los escaparates, talleres fresadores de granadas y toda variopinta clase de armas imitadas en Darra. En este pueblo pakistaní fronterizo con Afganistán está uno de los mayores supermercados de armas del mundo. Todo un polvorín que se sofistica día a día y al alcance de varias guerrillas islamistas que hostigan al ejército pakistaní y a las tropas de la OTAN.
Al ruido de las armas es continuo en Darra. Sólo el canto del muecín marca el descanso en el tiroteo, la jornada de trabajo.
En Darra, este pueblo de Pakistán en la frontera con Afganistán, las armas son un modo de vida. Es el supermercado del plomo, un polvorín al alcance de los terroristas más peligrosos del globo.
Me dirijo a Darra desde Peshawar en la parte trasera de un coche, por caminos polvorientos,compartiendo asiento con un hombre de negocios pakistaní que me dice vivir en Kuwait.Eufemismo que convenimos para llamar a un traficante de armas que viaja a Darra a por unas cuantas cajas con las que hacer negocios.
Por la ventana observo bestias tirar de carros, mujeres con burka acompañados por familiares esperando en la cuneta de la carretera.
Hay quien puede confundir Darra con uno de esos tipismos asiáticos para turistas. No es Darra lugar para turistas a pesar de sus escaparates con anticuados kalashnikov con cachas de madera. Eso sí que es un show para turistas o cazadores de extrañezas. Cierto que todo comenzó con la extraordinaria habilidad de estos artesanos del acero, la fresadora y el plomo de la frontera noroeste de Pakistán. Al lado siempre han tenido un buen cliente. Los pastunes afganos, uno de los pueblos más belicosos de la tierra.
Pero aquí, como en toda esta región estratégica, la huella de la vieja guerra rusoafgana de los años 80 no dejó las cosas iguales. En 1988 explotó el polvorín de Ojhri en Rawalpindi, no lejos de la capital Islamabad. Allí guardaba el servicio secreto pakistaní y la CIA su arsenal para armar a los muyaidines en su guerra santa contra los comunistas de la URSS.
Tras la tragedia, los artesanos de Darra se acercaron a compran los restos como chatarra. Allí adquirieron material y conocimientos que supieron aprovechar. La frontera no ha dejado de ser un coladero de todo tipo de material en dirección a Afganistán. Hoy las cosas son aún más peligrosas que en los años 80.
En Darra se hacen los míticos fusiles de asalto kalashnikov, pero también sistemas más sofisticados de armas, perfectos para la guerra de guerrillas que mantienen los islamistas contra la coalición internacional en Afganistán.
Por supuesto que los guerreros barbudos no bajan hasta Darra a por sus cajas de armamento. Esos hombres de negocios se encargan de trasvasar el
armamento más allá de Peshawar,ciudad Pakistaní cercana a la frontera afgana. En cualquier caso, la zona, como tantas tras del extenso Pakistán, está realmente en manos de una organización integrista llamada Lashkar-e-Jhangvi, a la que los servicios secretos occidentales vinculan con Al Qaeda.
No es casualidad que esta ruta hacia Afganistán desde los puertos pakistaníes, vital para abastecer a las fuerzas de la OTAN, sea presa de ataques continuos integristas. La mancha integrista y rebelde contra el estado pakistaní se extiende.
Sólo el muecín consigue hacer callar el estrépito de las armas automáticas que se prueban sin control alguno en las afueras de la ciudad.
Tenderetes con kalashnikov, misiles stinger (mortíferos artilugios tierra-aire de invención norteamericana) escondidos en las trastiendas. Y uno ve a las mujeres tapadas por burkas y la miseria, digna pero miseria en las calles, y se pregunta a dónde va a parar tanta guerra y tantos fajos de billetes que se intercambian en Darra, el supermercado de las armas.
Tenderetes con kalashnikov, misiles stinger (mortíferos artilugios tierra-aire de invención norteamericana) escondidos en las trastiendas. Y uno ve a las mujeres tapadas por burkas y la miseria, digna pero miseria en las calles, y se pregunta a dónde va a parar tanta guerra y tantos fajos de billetes que se intercambian en Darra, el supermercado de las armas.
6 thoughts on “Darra, el mercado del plomo talibán”
Javier,
It’s been a very long time, but I had to drop you a line when I saw these photos.
I can’t read Spanish but assume this is in Darra, back from our visit there in 2005? I’ve got a couple of cracking ones of you there if you’d like me to post / send them?
I’m very glad to see you’re still on the road, having fun. Not sure if you made it up to Hunza last time, if not, it’s definitely worth heading there.
I have the beginnings of a plan to come back out to that part of the world reasonably soon…
All the best
Sulaiman
Javier te he oido hoy en el Larguero, adelante con tu proyecto.Muy buenos los articulos que escribes. Animo y continua impresionandonos con tu viaje. Suerte
ya puedes dar pedales y salir pronto de allí…
Ayer, te escuche en el larguero, mucha suerte y ten mucho cuidado, ya se que vas acompañado, de ahora en adelante seguire tu bloc. un abrzo y feliz viaje.
Estaría bien que explicaras cómo consigues tus sponsors. Somos muchos los que nos gustaría hacer un viaje como el tuyo, ganas no nos faltan, lo que faltan son $$$. Sería muy útil conocer cómo te las apañaste. Con esto no quiero desmerecer en absoluto tu valentía, me saco el sombrero. Mucha suerte y siempre hacia adelante.
Hoy, día ventoso en Cedeira, con aire nuevo, decantado y puro. Tu experiencia reflejada en la información escrita, es alucinante y vertiginosa. Ánimo… Vas a tener mucho “material” para contar a tus hijos y nietos… Un fuerte abrazo. Manuel Posada