De Congo a Congo
A toda costa quería evitar cruzar el río Congo por su lado más transitado y hostil.El que conecta las capitales de ambos países,Brazzaville y Kinshasa.
De Brazzaville había escuchado cosas agradables, no así de Kinshasa, una de las ciudades con peor fama de todo el continente, junto con la ciudad de Lagos en Nigeria.
Debido a mi larga e inesperada espera en la frontera de Nigeria,mi visado para la R.D.Congo había caducado hacía varias semanas, y sin más páginas libres en el pasaporte no tuve otra opción que remover la tinta y escribir una nueva fecha.
El resultado no fue del todo malo pero cruzar un puesto fronterizo principal con un visado falsificado exactamente donde se encuentra la mayoría de oficiales de inmigración de uno de los países más corruptos del mundo era algo que prefería evitar ,y me decanté en cruzar el río por un remoto e inhóspito lugar unos 200km al norte de la capital,donde las aguas del río Kasai son tragadas por el río Congo.
Me quedaban todavía más de 100km por la impecable y tranquila carretera donde la selva había desaparecido completamente y la única vegetación ahora eran hierbas altas y escasos arboles…
El paisaje había cambiado completamente,y paré en un puente a apreciar el paisaje a la vez que hacer unas fotos.
Mala suerte que en ese río debía haber una base militar, y me di cuenta al escuchar el trote de dos policías con sus kalashnikovs que se acercaban hacia mi de modo muy hostil entre gritos y amenazas.
Me confiscaron la cámara.
“Ahora tenemos que enviarla a la capital para que analicen las fotografías. Esta es un área sensible”
No es la primera vez que sospechan que soy un espía.
En África estoy acostumbrado a ser confundido con las cosas más absurdas. He sido vendedor ambulante, terrorista de Boko Haram, misionero y un geógrafo trabajando en un experimento de mapas.
Sin darme cuenta acabaron grabándome con su móvil mientras les dedicaba unas palabras de agradecimiento.
La historia de dar la vuelta al mundo en bicicleta suele parecer extraña ,pero si te acaban creyendo suele estar a tu favor ya que dan por hecho que nuestro gobierno esta detrás de nosotros y nos vigilan con satélites
Al ver también que no tenía intención de pagar ni un solo franco ,decidieron devolverme la cámara entre risas y preguntas sobre el Real Madrid y el Barcelona o si Cristiano Ronaldo era mi amigo.
También puede ayudar mencionarles lo mala que es la policía en los países vecinos, no así los del país en el que estas de visita.
En un silencioso cruce sin gente antes de abandonar las comodidades del asfalto y de nuevo sumergirme en la diversión del barro,paré en una casa a pedir agua y terminaron por invitarme a comer…
Por una terrible pista fangosa tardé casi 3 días en recorrer los 90 km que me separaban del majestuoso río Congo.
En una pequeña aldea a mitad de camino pasé la nochebuena…
…y después de una larga jornada sin comer me había reservado el ultimo aguacate para la ocasión.
Macarrones con aguacate,ajo y miel.Una de las cenas de nochebuena más exquisitas,económicas y ,en este caso, única opción en el menú que no fuera mañoca….
…ademas de apropiada para una persona que se le acaba de caer un empaste y esta a meses de tener acceso al dentista.
El día del encuentro con “El Río” (en francés Le fleuve, que es cómo se le conoce aquí)sentí esa sensación de haber hecho algo que verdaderamente merece la pena y gratificante, justo en el momento que a la vez que el camino se convertía en un barranco, a lo lejos pude ver por primera vez el segundo río más grande del mundo.
Tan grande que diez kilómetros mar adentro en su desembocadura el agua del mar todavía es dulce.
Pero no es solo en lo geográfico que este río es grandioso.Es un lugar que al mismo tiempo evoca pasión y respeto.Vida y muerte.
La cuenca del río Congo con su diversidad y sus riquezas.Las guerras interminables que azotan sus tierras.
La oscura y triste historia de la colonización tuvo origen en sus aguas.
Y después de toda la literatura que había leído sobre “El Río”,encontrarme frente a él fue saber de antemano con lo que me iba a encontrar, Aunque la imagen que tenía de él era algo tenebrosa,fue como si de un río grande cualquiera se tratara.Un río más.
No fue hasta más tarde que vi la vida de “El Río” que entonces aprecié su verdadera majestuosidad.
A lo lejos pude ver el reflejo de los tejados de chapa de Ngabe, ante el río Congo, y en la otra orilla uno de los países que más fascinación y respeto ha despertado en mí: La República Democrática del Congo.La que no es ni democrática ni república.
Recorría los primeros metros en el pueblo empujando la bicicleta sobre una fina arena ante la atenta mirada de los paisanos cuando un hombre se acercó corriendo indicándome que con urgencia debía presentarme ante “El policía”.
Me señaló un edifico medio en ruinas donde pude ver a un hombre levantando la mano.
“¿Que hago ahí?¿Por que no quiero cruzar por Kinshasa?¿Que motivos han traído a este hombre blanco en esta extraña bicicleta al pueblo de Ngabe? Algo raro esta tramando este hombre blanco…”
A lo largo del camino me habían informado de la facilidad de cruzar el río por Ngabe, donde había un enorme mercado plagado de aguacates y pescado.
En el mercado no vi mas que pasta de dientes, montoncitos de sal y mucha mañoca, y lo más parecido a un vegetal fue un tomate arrugado y podrido.
-¿No teneis aguacates?
-No, en este pueblo no hay.
El policía me informó que la frontera estaba cerrada y me iba a ser imposible cruzar.
En el último encontronazo diplomático ambos países expulsaron a los ciudadanos del país vecino de muy malas maneras y muchos murieron en las aguas del río.
Pero en África siempre hay una solución. Solo tienes que buscar y tener mucha paciencia para que aparezca. En mi caso no tardó en aparecer. Se llamaba Suleiman,era pescador y la única persona que se atrevía a cruzar el río.
Una vez encontrado transporte solo tuve que prepararme para el siguiente problema: Formalizar la salida.
Tardé un par de horas en encontrar al oficial de inmigración, y este tardó otra hora en encontrar las llaves de la oficina…
…un pequeño cuarto detrás de la única tienda que, al igual que en toda África del oeste ,suele ser regentada por un mauritano…
Después de escribir mis datos sobre una hoja arrugada y sucia,ya dentro de la oficina…
…abrió el cajón de la mesa y exclamó:
-¡Otra vez!
-¿Qué pasa?
-¡Qué se ha vuelto a llevar el sello!
-¿Quién?
-El Jefe, que se ha ido de vacaciones a Brazzaville.
-¿Y no hay otro sello?
-No.
-¿Y sus hijos o mujer están aquí? A lo mejor saben dónde tiene el sello ¿No podemos llamarle?
-No tengo saldo.
Compro saldo en la tienda de Abdul,el mauritano, y entonces cae en la cuenta que no tiene batería.
Mandamos a alguien para que nos presten una batería cargada.
Por fin conseguimos contactar con el jefe de inmigración que disfruta de unas vacaciones junto con el sello y su familia en Brazzaville.
Le explico mi situación a lo que me contesta con toda serenidad.
-No hay problema. Espera que en dos semanas estoy de vuelta y así puedo conocerte.
¡Perfecto!Ahora tenía que salir clandestinamente de un país, con un visado falsificado para entrar en otro, y no hablamos de un país normal, sino de la República Democrática del Congo.
“¡¡¡Vámonos Suleiman antes de que se haga de noche o nos pille la tormenta!!!”