¡Bienvenidos al Congo!
La barca se balancea de un lado a otro mientras ayudado por otras dos personas cargo la bicicleta.
La tierra anaranjada se mezcla con el agua marrón y verdoso del río, mientras mis pies descalzos se hunden en el barro a la vez que hago el ultimo esfuerzo para subir la bicicleta.
Inhalando el humo que sale del ruidoso motor nos ponemos en marcha esquivando las ultimas ramas antes de llegar a las aguas más profundas del río…
…navegando contra corriente buscamos la otra orilla, del lado del Congo, para llegar hasta Bolozo, donde se encuentra la caseta de inmigración.
Las vistas del río son impresionantes…
En los países de África central , o África en general, las personas que trabajan con la burocracia suelen ser los obstáculos más grandes con los que hay que lidiar.El oficial de inmigración en Camerún hacía unos minutos me había exigido los papeles de la bici, un certificado del ébola y dinero para sellar el pasaporte.Me fue difícil, pero conseguí salir del país sin aportar un solo céntimo a la corrupción.
Del otro lado de la frontera la historia fue bien diferente.
Después de sufrir para subir una empinada rampa de arena arcillosa, el oficial de inmigración vestido con la camiseta del Barcelona me esperaba con una gran sonrisa.Sorprendido al verme llegar en bicicleta me guía hacia una caseta que hace de oficina de inmigración.
Dentro,una enfermera se acercó con una pistolita-termómetro y tras tomarme la temperatura me dio el visto bueno.
-Estas bien.Tienes 24 ºC.
Mientras apuntan mis datos sobre un papel arrugado y bajo la atenta mirada del presidente en un poster medio caido,me indica cuidadosamente por el camino que no debo tomar ya que en época de lluvias es intransitable.
Nos despedimos y sin más me encontraba ya dentro de la República del Congo con la que puede haber sido la frontera más agradables y fácil en mucho tiempo.
Me dirijo por el camino que me había indicado de no ir, y rodeado de naturaleza paro a hacerme unas fotos con los primeros charcos.
¡Que bonito!-pienso para mis adentros.
A medida que avanzaba en el camino la vegetación se volvía más densa y el camino más estrecho…
No dejaba de llover y el barro hacía ahora de suelo en el camino. Resbaladizo como la arcilla mojada en más de una ocasión fui a parar de cabeza en la vegetación.
Después de cada caída tocaba levantarse con cada vez más arañazos.
Pasaban las horas y comenzaba a anochecer pero yo seguía sin ver una sola aldea.
Cerca del ecuador no existen esas horas de transito entre el día y la noche.En un abrir y cerrar de ojos uno se encuentra sumido en la oscuridad cuando minutos antes todavía era de día.
Con la luz de la bicicleta seguía avanzando en la selva y en el cielo podía ver ahora algunos claros con estrellas.
Los ruidos se multiplicaban y sin saber muy bien la procedencia de entre la oscuridad llegan sonidos muy extraños.
Uno especialmente desagradable acompañaba las primera horas de la noche.Un grito terrorífico.
Tengo que tener mucho cuidado con los animales e intentaba hacer el mayor ruido posible para mantenerlos alejados y evitar un encuentro fortuito con alguno de ellos.En esta parte del Congo abundan los elefantes, los gorilas, las panteras y las serpientes.
Dos horas mas tarde me encontré con las primeras casas.Estaba exhausto.
Me di cuenta no por la luz sino por la música proveniente de una de ellas.A esas horas todavía no se habían agotado las pilas del radiocasete.
Después de una larga jornada pude así descansar.Había recorrido desde la mañana tan solo 30km!
Ya por la mañana había amanecido lloviendo y me avisaron que el camino que tenía por delante era mucho peor que el del día anterior.
Pregunto por los gritos provenientes de la selva durante la noche y me dicen que son los espíritus malignos.El diablo.
Días más tarde me enteré que es un marsupial que hace esos ruidos tan desagradables y aterradores cuando baja de los árboles.
En el camino me encontré con algunas personas…
…y varias aldeas de pigmeos…
…
…pero llevaban razón en que el camino estaba en mucho peor estado…
Con tanto barro las zapatas de los frenos se habían consumido y en las bajadas tocaba bajarme de la bicicleta y frenar con las piernas.
Sin darme cuenta llegué a un punto con arenas movedizas…
Sacar la bicicleta de ellas me fue tan difícil que cada intento de levantar la bici lo acompañaba de un grito de desesperación.
Finalmente pude avanzar dejando el camino y atrevesando por la vegetación cortando las ramas, y quitando las alforjas pude avanzar por partes.
Al dejar atrás ese tramo no pude evitar reírme y sentir plenitud en estado puro.Me imaginaba desde arriba,yo allí en medio, rodeado de la más frondosa vegetación, en la selva de la cuenca del río Congo…
Me costó pero finalmente llegué al tramo donde el camino parecía más transitable y las aldeas eran más grandes.
A llegar la aldea miré mis pies y parecía que acaba de salir de un Spa en el que te cubres de barro y esperas a que se seque para tonificar la piel…
La gente se quedaba atónita al ver a aquel blanco cubierto de barro y sudor ,empujando una bicicleta aparecer entre la selva.
Pedí permiso al jefe de la aldea para dormir en su aldea y sin ningún problema me buscó un sitio donde dormir y un poco de agua para lavarme.
Me trajeron mañoca para cenar, y pusieron la radio a todo volumen con música lingala hasta que se agotaron las pilas de fabricación chinas,que por suerte no fue mucho tiempo.
Al día siguiente con un brillante sol en el cielo pude lavar la ropa y secarla al sol, mientras los niños me mostraban orgullosos sus bicicletas “Made in la selva”..
12 thoughts on “¡Bienvenidos al Congo!”
brutal como siempre
cuidado con las arenas movedizas! un abrazo
Alucinante. Sin palabras
Menudo heroe que eres.
Un pelin corto el relato, pero a la vez grandioso y emotivo
Leerte ya si que es como estar viendo una peli de suspense…
Sufress pero a la vez no quieres que se acabe!!!!
Muy brutal Javi!
Querido amigo ¡estás en el Congo! y uno no sabe si envidiarte o tenerte un enorme respeto por el valor que demuestras día a día.
Un Abrazo querido amigo.
que gran experiencia.
Anoche vimos un documental sobre la selva del Congo y nos acordamos de ti.Elefantes animales curiosisimos, vegetaciones espectaculares se reflejaban en el rio como un espejo…..asombroso todo.Unas aguas tan cristalinas que apetecia darse un buen baño y pense en si te darias un baño por ahi,que envidia,pero tambien que miedo porque podrian aparecer cocodrilos ,no?En la tele se ve precioso,pero te tenian que sacar peleando por esos caminos con tu bici…..,¡¡que miedo!,Ten mucho cuidado.Te queremos..Eres muy valiente pero por favor,no arriesgues mas de lo necesario.Contamos con tu sensatez.Muchos besos de todos Familia Martin Yuste
¡Que fuerte y valiente eres! ¡Vaya con suerte!
Genial, como siempre. Fotos, crónica,… todo.
Ánimo, campeón!.
Madre mía. Consigues que pasemos de disfrutar contemplando la belleza de los paisajes a empujar la bicicleta contigo en esos cenagales. Cuídate mucho. Un besazo.
Y coges el camino por donde “no debes ir ” . Por poco te mata la curiosidad. Tus fotos no tienen naaaada que ver con los bonitos reportajes televisivos sobre el Congo. Lo tuyo es la pura realidad. Bendita gente. ! Y qué grande tu fortaleza !! Andaaaaa queeeee los belgas se lucieron ……….¡¡ CUIDATE !!